Es muy fácil engañar al cerebro, un par de día en el gimnasio, un slip dos talles menos (porque es el único que nos queda limpio), mucho de autoengaño y ya nos creemos el futuro Tarzán del nuevo milenio.
Es muy fácil engañar al cerebro, un par de día en el gimnasio, un slip dos talles menos (porque es el único que nos queda limpio), mucho de autoengaño y ya nos creemos el futuro Tarzán del nuevo milenio.