El estudio de arquitectura y diseño Arquimaña, formado por Iñaki Albistur y Raquel Ares, ha reinventado el viejo carrito de frankfurts, hot-dog o panchos; lo que supone una revolución estética moderna, con énfasis en los productos locales, artesanales y tradicionales. El proyecto, que fue concebido como parte de una comisión del Guggenheim Bistro, apunta a contemporizar el alimento básico de la acera, centrándose en diseño limpio y eficiente del puesto hasta la alta calidad del producto.
El proyecto, titulado “El Salchibotxo”, está construido con una estructura de acero sólido, la superficie en roble y equipado con puertas de aluminio cortadas con láser que proporcionan sombra, tanto para el vendedor como para los clientes. El carro es capaz de almacenar hasta 150 botellas de cerveza y 500 salchichas, mientras que la plancha se puede quitar fácilmente para su limpieza.
Queremos más reinversiones; queremos más carros o food-trucks con buena comida; queremos más salchichas.
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