En lo personal, tengo un vínculo o una relación particular con el limón y especialmente con el limonero. Puede parecer un poco raro, lo sé, pero así soy y así me siento, un poco limón. Ésta es una confesión que nadie sabe -hasta ahora-, y así sin más, sin querer y sin decir nada, mi otra relación y mi vínculo especial, hoy me regaló un limonero.
Quizás la culpa de este amor la tenga mi viejo. Para él también era un árbol especial, un árbol con el que siempre contaba para determinados momentos. Nunca pude preguntarle el por qué, pero lo era. En cada acontecimiento especial de la familia, en silencio, por la noche y casi a escondidas, cumplía el ritual de plantar un limonero en el patio trasero de mi casa. Lo hizo cuando se casó, cuando murieron sus padres, cuando nació mi hermana y cuando nací yo. Todavía tengo la imagen grabada de los cinco limoneros juntos, en el centro del jardín como una especie de mini bosque particular y privado. Los acontecimientos especiales terminaron en mi familia antes de que tuviera la edad para presenciar este ritual, no los viví, pero si los disfruté. El limonero que mi viejo plantó cuando nací, fue mi árbol preferido, en el que siempre me trepaba y en el que me refugiaba cuando me “iba de casa”. Cuando el árbol llegó a su plenitud, tenía una figura imperfecta, pero esa imperfección hacía que pudieras treparlo con facilidad y disfrutar encima de él de una visión diferente. Desde arriba de un limonero adulto, las cosas se ven con una perspectiva diferente, a pesar de estar muy cerca de la tierra, al menos para un pibe de 8 años.
Nunca supe la historia de mi padre y su ritual de los limoneros en tiempo y forma. Quizás fue; que salvando algunos detalles, nunca existió, o quizás si.
El pasado 24 de junio se cumplieron 80 años del fallecimiento del gran Carlos Gardel, el “zorzal criollo”, el ícono máximo del tango argentino. Ese mismo día, hace 80 años nacía mi viejo, tal vez como un acontecimiento particular ante otro especial. Hoy, 80 años después, yo tengo mi limonero.
Buen sábado.
Mola!
Y como dicen los transalpinos: se non è vero, è ben trovato!!
;)
sos un capo, man.
Gracias Ivan. Saludos