El invierno es gris, húmedo, frío, que invita al recogimiento y la contemplación de un buen fuego. Y que mejor compañía, culinariamente hablando, que nuestro incondicional amigo el chocolate. Stéphane Bureaux, es un diseñador francés, muy versátil, que entre sus áreas de diseño está la culinaria. Es así que creó estos clavos de chocolate, una manera viciosamente dulce, de ir encadenando y añadiendo, dulce al dulce.
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